Colores de Boda

¿Habéis elegido ya vuestro color de Boda? ¿Sí? ¿No? ¿Qué es eso? Bueno, quizás si estáis empezando en esto de organizar una boda, much@s os habréis hecho esta última pregunta, así que os cuento un poco.

Como estamos en Navidad, aprovecho para ponérosla como ejemplo. Ésta es una fecha que solemos identificar con varios colores: los tradicionales rojos y verdes, el blanco de la nieve, los elegantes platas y dorados... Toda una armonía de tonalidades que nos trasmiten una serie de sensaciones. Lo mismo ocurre para cualquier evento, se tiende a relacionar con algún color que, aunque no tiene que ser único, sí será el que predomine.

Y en el caso de las bodas, no podía ser diferente.

¿Qué color elegir?

Normalmente, se suele elegir como color de boda el favorito de la pareja (o de uno de sus miembros), algún color que ponga la nota personal en el escenario de vuestro día. En principio, podría servir cualquier color, pero si no estás convencid@ de que pueda irle bien al conjunto, o no tienes ninguno por el que decantarte, te doy a continuación algunos consejos para que tu elección resulte la mejor:

Si tu boda es de mañana, tienes una amplia gama de tonalidades con la que acertarás seguro. Podrás elegir entre colores pasteles o colores vivos, incluso una combinación de ambos, ya sean de iguales o diferentes tonalidades, pero nunca muchos colores distintos, para que no se pierda la armonía visual.

La paleta Nº1 recoge los colores pasteles básicos, la Nº2 recoge los colores vivos, la paleta Nº3 los colores claros, y por último la Nº4 los oscuros o apagados.

Para bodas de mañana: 

Pueden usarse colores de todas las paletas, pero además debemos tener en cuenta lo siguiente:

• Los colores vivos (Nº2) podrán usarse solos o combinados con colores pasteles (Nº1) o con los colores claros (Nº3), sean o no del mismo color, por ejemplo naranja oscuro con naranja claro, o con amarillo pastel. Pero pocas veces admiten combinación con colores oscuros (Nº4); se salvan casos como turquesa (Nº2) y chocolate (Nº4), aunque debemos tener cuidado al mezclar ambas paletas.

• Los colores pasteles (Nº1) pueden usarse también solos o combinados con colores vivos (Nº2), pero también muy pocas veces con colores oscuros (Nº4). Lo mejor es no usarlos juntos si no se quiere arriesgar. La combinación con colores claros (Nº3) prácticamente la descartamos, puesto que al no tener contraste no resaltarán nada. Sin embargo, sí admite combinación con el blanco.

•  Los colores oscuros (Nª4) con colores claros (Nº3) tienen un buen contraste, y a su vez quedan muy elegantes: por ejemplo marrón chocolate con color crema, color vino o granate con beige, o gris plata con gris perla.

• Todos los colores admiten combinación con el blanco, excepto los claros.

Para bodas de tarde:

Aquí las opciones se reducen:

• No usaremos los colores pasteles (Nº2), y los claros (Nº3) siempre combinados.

• Los vivos (Nº2) o los oscuros (Nº4) pueden usarse solos, o combinados con colores claros.

En cualquier caso, evita siempre el negro.

¿Donde usar el toque de color?

El color o colores elegidos para la boda podrán estar presentes en multitud de detalles, como por ejemplo: invitaciones, cestas y decoración de regalos, ramo de novia, motivos florales, corbata del novio o del padrino, vestimenta de los pajes, detalles, decoración mantelerías, etc. 

Ahora bien, habrá que tener cuidado en que no resulte recargado. 

Mi color de boda:

Por si a alguien le quedaba alguna duda después de ver el blog, mi color de boda fue el morado, pero combinado con lila y blanco. Y aquí os dejo fotos de mis detalles, para que podáis coger algunas ideas:

Las invitaciones que elegimos eran blancas, y le añadí el lazo morado como detalle. Quedaron finas y elegantes.

Mi ramo de novia fue un bouquet de rosas blancas y pequeñas flores en tonos malva al que también añadí un lazo de organza del mismo color; con la misma organza decoré varios detalles más, como los pergaminos que regalamos a nuestros padres, o el libro de firmas. La decoración del coche de novios y la iglesia también llevaba las mismas flores. 

Las cestas iban en tonos blancos y morados, los saquitos de arroz en tul blanco con lazos malvas, y tul morado con lazos blancos, al igual que la decoración de los detalles de los invitados.

Los trajes de los niños también eran blancos con detalles en malva, y una de las niñas llevaba un ramito hecho en rosas de goma eva en los mismos tonos.

En mi caso, el novio no llevó la corbata malva, pero sí lo hizo el padrino. Y, fuera ya de protocolo, mi madre eligió un espectacular vestido morado de Pronovias.

En mi caso, podría haber elegido la mantelería del mismo color. Sin embargo, el salón de la hacienda tenía tonos y decoración rústica, por lo que una mantelería morada no habría sido la mejor elección, y por tanto nos decidimos por el chocolate combinado con blanco para este escenario, combinando las minutas y centros de mesa en los mismos tonos marrones. 

Y este fue el resultado:

Como ya os dije antes, el color de boda debe crear armonía, pero no debe utilizarse para absolutamente todo sin pensar en el conjunto, si no queremos crear el efecto contrario.