viernes, 31 de mayo de 2013

Cosas que cambiaría...

Mi falta absoluta de tiempo durante varios meses me ha tenido retirada de "los teclados", pero poco a poco voy sacando algunos huecos libres para terminar algunos posts que llevo queriendo publicar hace ya algún tiempo, y volver a retomar mi blog, que tantas alegrías me ha dado. Hoy: Cosas que cambiaría...

La boda es un día increíble, es un día para disfrutar al máximo, un día para reír, bailar, llorar de emoción, besar... Es un día único, y sentiremos que es el mejor de nuestra vida. Creo que casi todo el mundo estará de acuerdo. 

Pero cuando todo acaba, cuando el día D pasa, y el siguiente, y el otro,... y quizás varios días más, empiezas a hacer balance y te das cuenta de que, aunque todo fue espectacular, quizás hubo cosas que olvidaste... Hubo quizás cosas que tenías planeadas y no salieron, cosas que escaparon a tu control, detalles que aunque los invitados no percibieron (o sí), tú sabes que no salieron como esperabas... Pero, ¿importan? Quizás no, o quizás sí, o puede que no demasiado, pero te gustaría que hubiesen salido de otra manera... O quizás no llegues ni a planteártelo, cosa imposible en mí que soy cuadriculada cual hoja de cuaderno.

Y llega el momento de hacer balance, como si de un año nuevo se tratase, solo que, si en él encontráis algún fallo, algún error, ya no podréis remediarlo, y pasará directamente a formar parte de las anécdotas que, aunque presentes, no podrán empañar vuestro maravilloso día.

En nuestra boda no faltaron algunas de esas anécdotas. Y aunque es cierto que nadie aprende por errores ajenos y que cada persona debe tropezar en sus propias piedras, yo os voy a dejar un par de pinceladas de lo que quizás cambiaría si pudiese volver atrás, por si os sirve de consejo.

Recepción

Una de las espinitas que tenemos clavadas es que nos perdimos gran parte de la recepción de nuestra boda, y por tanto los correspondientes saludos a los invitados. Sí es cierto que después de la comida saludas a todo el mundo, pero ese momento previo antes de entrar al salón se nos hizo demasiado corto, ya duró aproximadamente 50 minutos, y nosotros no pudimos estar más de diez o quince... Fue un visto no visto, y aunque nuestros invitados estaban muy bien atendidos desde el primer minuto (esto es muy importante, publicaré un post más detallado de los requisitos de una buena recepción), a nosotros nos supo a poco.

Nuestro problema estuvo en que el lugar donde nos hicimos las fotos de exteriores para el álbum, aunque cerca de la Iglesia, quedaba muy lejos de la Hacienda donde se celebró, y alargamos el tiempo de las fotografías. Por otro lado, no quisimos alargar el tiempo de la recepción, pues un día de calor, la gente puede cansarse pronto de estar al aire libre, por mucho porche o sombrillas que haya (indispensables, por otra parte).

Foto: Chema Soler

Así que, como consejo: si vais a tener reportaje fotográfico intentad hacerlo en un lugar cercano para no perder mucho tiempo en el desplazamiento, pues es tiempo que restáis a disfrutar de uno de los momentos que ningún novio debería perderse. Incluso fotos tomadas en la propia hacienda o alrededores pueden resultar igual de bonitas y originales.

Aunque eso sí: nosotros no cambiaríamos nuestra sesión de fotos por nada. Fue el momento posterior a la ceremonia donde, ya más relajados, pudimos intercambiar todas las emociones que habiamos vivido y las que nos esperaban. Fue nuestro momento, y solo para nosotros.


 Saludando por las mesas

Este es otro de los capítulos que nos gustaría que hubiese resultado un poco distinto, pero que al fin y al cabo se entiende que nunca salga como se espera (creo que estarán de acuerdo el 99% de las parejas que ya se casaron).

Resulta que en menos de una hora (es lo ideal, para que no decaiga el ánimo de los invitados), tienes que saludar a unas 20 mesas (en mi caso). Así que si dividimos 60 minutos entre 20 mesas, resultan ser 3 minutos por cada una de ellas... Si además tenemos en cuenta que por mesa nos encontramos con unos diez invitados de media (total 200 invitados), ¡a nosotros no nos salieron las cuentas!

Es un momento que tienes que alargar, quieras o no, ya no solo porque es prácticamente imposible atender a todos en tan poco tiempo, sino porque es perfectamente comprensible (además de justo) atender a todos los que han venido a compartir tu día, todos son familiares y amigos, todos quieren saludarte, abrazarte y besarte, ¡¡y tú a ellos!! Además es el momento que aprovecharéis para repartir los detallitos.



¿Por qué entonces tan poco tiempo? Pues porque si nos alargamos demasiado y el resto del salón termina el postre, y el café, y el champán, y abren la barra libre... La cosa se os puede ir de las manos, parte de la boda comenzará a dispersarse, y quizás tampoco entonces tengáis la oportunidad de atender a todos. Además, el maître suele estar pendiente de que cumplís los plazos, y suele marcaros los tiempos; a mí esto es cierto que me agobió un poco, pero ahora lo agradezco, porque podría haber resultado peor si nos dejamos ir.

Consejo: intentad ser prácticos, id los dos a la vez por las mesas y nunca separados, así ahorráis tiempo, atended a todos pero entreteneros en su justa medida, y sobretodo empezad por las mesas más cercanas y familiares.  Nosotros intentamos seguir ese orden, pero llegó un momento en el que nos despistamos, nos reclamaron en otra mesa, e invertimos el orden sin querer... llegando a algunas más cercanas casi sin tiempo. Es otra de las cosas que cambiaría.


Momentos "foto". Momento "video"

En este bloque entran en juego muchos momentos que nos gustaría haber inmortalizado. En cuanto a las fotos profesionales, tuvimos a uno de los grandes, Chema Soler, por lo que en ese aspecto no tenemos nada que nos hubiese gustado cambiar, todo lo contrario: nuestro álbum de boda es nuestro tesoro.

Y por la parte no profesional, aunque es cierto que recopilamos muchísimas de las fotos de todos nuestros invitados y podemos contar prácticamente con tomas de todos los instantes, hay algunos que echo de menos, como:

Sesión de peinado y maquillaje en casa de mis padres y el momento vestido... Tan solo tengo una fotografía arreglándome, y es que eran tales los nervios que nadie cayó (yo la primera, con lo que me gusta fotografiar todo) en coger la cámara e inmortalizar todos esos momentos que después te arrepientes de no tener. Como consejo: si sois como yo en este sentido, y os encantaría capturar cada segundo de este día, dejad la noche antes preparadas y a mano las cámaras. Después os lo agradeceréis.

También echo de menos determinadas fotos en grupo que no caímos en hacer (esto debido también a la rapidez con la que teníamos que pasar por las mesas). Quizás será el día que más fotografías os hagan, con diferencia. Pierdes la cuenta de cuántas y con quién. Será el día que más os reclamen, seguramente no os veáis en otra igual.

Así que aquí el consejo, esta vez, va para los invitados: para fotografiaros con los novios, lo mejor es buscar un momento en el que estén más tranquilos, sobre todo si la fotografía exige coordinar a varias personas, y no esperad a que los novios la organicen.

En cuanto al vídeo de nuestra boda, directamente no tuvimos. Fue una de las cosas que desde el principio pensamos en descartar, y de lo que después me arrepentí. Porque ahora me encantaría ver aquel día de principio a fin, una y otra vez... Una y otra vez.... Pero no puede ser, y nos conformamos con los mini videos caseros de nuestros familiares y amigos. Y al igual que ocurrió con las fotos, mi padre dejó la cámara de video preparada para grabar en casa antes de salir... pero también nos olvidamos de ella. Y me da mucha pena.


A la salida de la iglesia

Una anécdota que descubrimos viendo las fotos es que, al salir de la iglesia, después del arroz lo típico es que nos novios se besen melosos mientras todo el mundo captura el momento... Pero tampoco fue nuestro caso. En todas las fotos salimos sacudiendo el almidón que el arroz dejó en nuestros trajes así...



... Pero en fin... Viva la espontaneidad! jaja



Seguramente, si pensamos más detenidamente nos acordaríamos de otras muchas pequeñas cosas...  Pero como veis son solo detalles que, aunque podrían haber resultado diferentes, no empañan el día más feliz de nuestra vida. Y con el paso del tiempo se hacen cada vez más pequeños en el recuerdo.



Y vosotros, los casados, ¿algo que cambiaríais o hubieseis cambiado de vuestra boda? Dejadnos un comentario para nuestros futuros novios, seguro que os lo agradecen!