jueves, 19 de septiembre de 2013

Reportaje post-boda

Hace un par de fines de semana pasamos la tarde con mis amigos Inma y David, que se casaron hace algo más de tres meses (el tiempo vuela ¿verdad?!)
 
 Y viendo en casa fotos de su boda, salió el tema del reportaje post-boda que quieren hacer dentro de muy poquito. Mi marido preguntó en ese momento en qué consistía el reportaje post-boda (aunque le cuento muchas cosas, todavía se le escapan ciertos conceptos “bodiles” jeje), así que, además de entrarme de repente unas ganas tremendas de hacerlo también, cosa que hasta ese momento no me había planteado, me dio la idea para escribir este post y explicar, para quienes como mi marido no lo sepáis, en qué consiste.
 
¿Qué es un reportaje post-boda?
Se trata de un reportaje que, como su propio nombre indica, se realiza una vez pasada la boda. Consiste en volver a enfundarse los trajes de novios, transcurrido el tiempo (semanas, meses... ), y realizar una sesión de fotos en un entorno romántico.

Muchas son las parejas que eligen la playa como escenario para su reportaje post-boda, ya que, pasado nuestro gran día, no importa mojarse el vestido, arrugarse el traje o tirarse en la arena. Otras parejas eligen el campo, o incluso la ciudad.

Foto vía  lovespellsbylaurynhilton.com


Sea donde sea, ya no tenemos miedo a estropearnos la vestimenta, todo lo contrario. Creo que a toda novia, yo incluida, le gustaría volver a ponerse su vestido, disfrutarlo un día más y aprovecharlo, en lugar de dejarlo en el armario de por vida.

Además, no es necesario ir maquilladas o peinadas igual que en el día de nuestra boda; no consiste en que las fotos parezcan tomadas ese día. Podemos arreglarnos en casa, peinarnos de manera más informal, o utilizar otros complementos.
 
Para muchos, este tipo de reportajes no es más que un invento nuevo. Y, en realidad, no les falta razón. Hace unos años no eran demasiado conocidos, pero todo evoluciona en el mundo de las bodas. El abanico de posibilidades que nos ofrecen los profesionales del sector nupcial es cada vez más amplio, ya sea a nivel de catering, entretenimiento, fotografía, moda,… Para todo lo que se demanda existe oferta, y todo lo que se oferta encuentra siempre su demanda. Si bien es cierto que muchos de esos productos y servicios no son imprescindibles (como imprescindibles, realmente, los novios, porque sin ellos no hay boda), cada pareja es libre de escoger los que crea conveniente, los que más gusten, los que estimen que no deben faltar. Por eso, cada boda es única.

Lo que sí me parece importante a tener en cuenta es que, aunque puede que nos encontremos incluidos este tipo de reportajes dentro del pack al contratar los servicios del fotógrafo para el día de nuestra boda, esto debería ser algo opcional para los novios, y nunca obligatorio, desde mi punto de vista. No sé si los fotógrafos estarán de acuerdo conmigo. Creo que el profesional es libre de realizar reportajes post-boda o no, según su criterio, pero nunca debe ser una imposición para los novios el tener que realizarlo. Como ya he dicho, es algo complementario, bonito, pero prescindible para quienes no opten por él.
 
Lo mismo ocurre con el reportaje pre-boda. ¿Qué es? Pues, un reportaje que se realiza con anterioridad a la boda, con los novios como protagonistas en distintos entornos: la ciudad, un campo, la playa, con amigos.... Y sí, ya son muchas parejas quienes también lo contratan. En este caso, por razones obvias, nadie va vestido como en el gran día.
Particularmente, si tuviese que elegir, me quedaría con el reportaje post-boda, ya que la opción pre-boda no me convence demasiado. Pero es solo cuestión de gustos.
 
Reportaje post-boda especial: en el viaje de novios.
Hace ya un tiempo vi un reportaje post-boda de una pareja que decidió, junto a su fotógrafo, realizarlo durante su luna de miel, ¡nada menos que en Nueva York! No recuerdo el enlace de la web ni el fotógrafo que lo hizo, pido disculpas, simplemente recuerdo que me encantó.
Las fotos por Manhattan, con la pareja vestida de novios, entre el bullicio de Times Square y los rascacielos de fondos... Realmente de anuncio. ¿A quién no le gustaría ser protagonista de un reportaje así?
 
 
 
 
Cuando nosotros contratamos las fotos para nuestra boda, el reportaje post-boda fue algo que ni siquiera nos planteamos. La ventaja es que como se realiza a posteriori, es una opción que siempre está ahí, y mientras sirvan los vestidos y trajes de novios… ¡nunca es tarde si os apetece!

Creo que es una buena forma de sacar partido a indumentaria que solo usamos una vez en la vida, y además pasarlo realmente bien, relajados y sin nervios, siendo, de nuevo, protagonistas por un día.
Y vosotr@s, ¿realizasteis reportaje post-boda? ¿Os gustaría realizarlo aunque aún no lo habéis hecho? ¿No os lo habíais planteado antes pero os ha entrado el gusanillo? ¡Cuéntanoslo! ;)

 
 

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